Hoy, en mi paseo de la mañana disfrutando de la vista del paisaje, la montaña nevada, los ternerillos con sus madres pastando, todo verde y los riachuelos alegres y llenos de agua, en noviembre, pura gozada. Casi al acabar mi paseo me he encontrado con dos señoras de avanzada edad, que me han preguntado en que mes estábamos, y yo les he dicho…en noviembre, estamos a 25. De inmediato han exclamado…queda un mes para navidad…otra vez celebrándolo solas!!! y seguían comentando…La comida está bien, pero mucha soledad, poco calor humano….Se me ha encogido el corazón y me he quedado con ellas hasta llegar a la puerta de su residencia. Les he preguntado la edad, 89 y 92, ni más ni menos, me comentan que hacen ese paseo todos los días, son unos 4 kms y que son las únicas que salen solas de la residencia. Me han hablado un poco de su vida, a una de ellas la abandonó el marido con 3 hijos pequeños. Se llevó hasta los muebles!! Me comenta…y sigue contando su historia «me puse a trabajar y no recuerdo haber sido más feliz en mi vida, a pesar de la época de precariedad que pasé con mis hijos, lo importante que mis hijos tuviesen amor y que fueran felices, nada más…» Lo que queda y lo que nos salva…siempre es el amor.
Al despedirme de ellas las he preguntado si podía darles un abrazo, y me han dicho que sí. Las he abrazado a las dos, las he dado un beso, se me han presentado con nombre y apellidos. Una sonrisa y alegría en sus caras y en la mía. El resto del camino, sola, pensando y reflexionando lo compartido, el poder de la sabiduría. Agradecida!!!